En Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca se han conformado acuerdos de gobernabilidad constitucionalistas. A muchos nos asaltan muchas dudas tras las veleidades del malhadado "proceso", pero es cierto que Navarra va para dos años de estabilidad que ya firmarían al otro lado de la muga de Lizarrusti. Cruzo los dedos deseando que la necesidad empuje a algunos políticos a la virtud, allí y aquí. Los políticos… Hace poco conversaba con uno de ellos a cuenta del cierre de mi etapa de delegado de la AVT. Una cosa llevó a otra y el hombre habló de algo sobre lo que suelo reflexionar: nuestros políticos se nos parecen, resultan un espejo de la sociedad. Buenos, malos y medianos. Otra cosa es quién indujo a quién, si fue antes el huevo o la gallina. Al cabo tal vez sean nosotros con poder. ¡Ostras! Y no crea el lector que pretendo salvar la cara a esos que, con distancia, llamamos "políticos". Los ciudadanos debemos controlarlos férreamente, pero con la piedad a la persona que nos aplicamos nosotros mismos. Me explico con una anécdota. Acodados al fondo de la barra de un bar vociferaban cuatro clientes equipados con sendas cañas. Imposible seguir el hilo de lo que leía en mi periódico, cosa que admito llevar mal. Así que, a mi pesar, escuché las relaciones de aquella gente sobre los desastres de nuestro país y el solucionario cervecero que ellos aportaban. Un refugio común les procuraba armonía: todos los políticos son iguales e igualmente culpables, ¿les suena? Y hombre, si aquellos que tenían en tanta estima sus precarios "análisis" a pie de barra; si aquellos escandalosos que se entrometían a gritos en las seseras de quienes allí concurríamos parecían buenos tipos ¿por qué no admitir esos vislumbres en algunos de nuestros odiosos políticos que vienen a ser nosotros mismos con poder? Y en esa pregunta andaba con mi lectura ahogada sin remedio entre las voces del bar. Concluí que, siquiera por necesidad, bien podríamos llegar a la virtud en algún asunto político. En 2007 muchos pensaban que el entendimiento entre el regionalista Sanz y el socialista Jiménez era coser un traje con hilván y que al primer agarrón perdería las mangas. El caso es que, no sé por cuánta necesidad y/o virtud, mantienen un paisaje con pinta de seguir. Queriendo pensar que no volverán las oscuras golondrinas del funesto "proceso" porque Zapatero ande vacunado, la esperanza quiere atraparme y me arrulla con sonrisas de López y Basagoiti. Será la necesidad. Mantener la esperanza, siquiera mortecina, es de lo más racional que uno ha hecho en la vida. Y si se equivoca ya veremos. Hasta cuando se es más pesimista alguien espera dentro. Y ese alguien casi desconocido y del que recelas por ingenuo… pues eres tú. Igual que la dicha nunca es completa, la desdicha tampoco lo es y hay que reparar en ello. Así que pensando que este momento luce animoso a uno y otro lado del límite vasco navarro, me solazo mientras dure. Tal vez los efluvios provenientes del apretón de manos constitucionalista de la CAV sean benéficos aquí. Eso sí, siempre al tanto. Pero vaya, que en saliendo el sol como parece, me expongo un rato soñando con una epidemia de forzada cordura política que a las víctimas del terrorismo y a la entera ciudadanía nos procurara sosiego. Soñar es gratis y descansa mucho. Incluso aunque tengas el pie en el estribo mientras oteas el prometedor horizonte por encima de la grupa, pensando si está allí o si en realidad es un espejismo producido por el hastío. Ver venir, pues España no anda para pedirle mucho más que un milagro.
"Al cabo de un tiempo, aunque el profeta se desgañitara gritando en su piedra, nadie le hacía caso, de hecho, ya le habían robado las sandalias y la túnica, sin embargo, él seguía predicando, uno y otro día, semana tras semana.
Un día, llegó al pueblo un viajero que nada sabía ni del pueblo, ni del profeta; al verlo hablando solo en su piedra, se acercó a escuchar lo que decía con voz temblorosa; al terminar le dijo: oye, ¿estás loco? nadie te escucha, nadie te hace caso, nadie te cree ni te sigue, ¿a quién quieres convencer con tus palabras?
A lo que el profeta respondió: "No, yo no predico para convencer a nadie, yo predico para que ellos no me convenzan a mí."
27/01/1979 Mi padre, Jesús Ulayar, vasco, navarro y español, es matado a tiros en Echarri Aranaz (Navarra) por el etarra Vicente Nazábal conmigo como testigo.
La ETA calló a balazos a Jesús Ulayar con el fin de amedrentarnos a todos. Antes del asesinato, el separatismo vasco en general insultó su buen nombre y su memoria y amargó la vida de quienes quedamos, mi madre y sus cuatro hijos.
El ciudadano que quiere reconocerse tal no calla. Y no callaré.
Reportaje de Javier Marrodán sobre la familia Ulayar Diario de Navarra, 3.12.2000