Escapar

<b>Escapar</b>
El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

17 junio 2011

Urkullu el recolector
Diario de Navarra, 17-06-2011

Unos agitan el árbol y otros recogen la nueces
En reciente entrevista radiofónica el mandarín peneuvista Urkullu, defendió a su formación de “insidias e injurias” vertidas por socialistas y populares a cuenta de la constitución de los ayuntamientos, donde pastan del presupuesto, en forma corregida y aumentada, los camisas pardas batasunetarras. Por voluntad de Zapatero, presidente cuyo cadáver político lleva la tierra tiempo reclamándolo para sí a gritos. Él ha franqueado el paso a matones como (y peores) los que se querían comer a Carlos García, concejal popular de Elorrio. Decíamos de Urkullu. Este hombre recordó a PP y PSOE que ambos sólo suman el treinta por ciento del electorado en el País Vasco. Casualmente casi por donde cifra el separatismo que padecemos en Navarra, añorante de sumergirnos en la patria del lunático Arana. Oyendo a Urkullu uno pensaba que en el treinta por ciento falta la miríada de vascos represaliados, huidos del suelo de Basajaun que idolatra el separatismo. Y los muertos. Precisamente su asesinato empujó a hacer las maletas a los referidos ausentes del censo electoral, que no votan. Y faltan todos los convertidos al nacionalismo obligatorio impuesto a base de miedo, ahormando la sociedad. Donde no se podía ni se puede hablar de política, donde el miedo cerval dejó su huella y no hay libertad para decir. Donde quien no era nacionalista fácilmente crió hijos nacionalistas porque la calle, la escuela y el bar estaban enseñoreados por la presión asfixiante de las pistolas. Y peneuvistas y compañía mirando para otro lado, cuando no complacientes, aprovechando espacio. Donde quien era nacionalista dizque moderado, por las mismas, fácilmente cría feroces batasunos que ahora amenazan: ¡PNV español! Amigo... Y años van y décadas vienen. Con el espacio público a disposición de los hijos de Sabino y cerrado a fuego y miedo a los demás. Si no te gusta te largas. Y así los dejas en el treinta por ciento, en ese porcentaje que engalla a Urkullu y que nunca hubiera sido posible sin la matanza perpetrada por la ETA. Y si el insensato habitante de la Moncloa ve su labor prolongada todo puede empeorar. Imagine el lector una Navarra sin los perversos efectos del miedo en tantos sitios, sin esos auténticos moldeadores sociales. Ah, sin las estúpidas políticas que gobiernos forales, rojos y azules, han ido desarrollando en buena medida para hacerse perdonar no sé qué. Que da igual, que aunque apruebes una ley del vascuence que sea un monumento a la idolatría de una lengua, los separatistas nunca tendrán bastante. Ni en lo económico, sobre el que convendría conocer unas cuentas de cuánto llevamos gastado sin que los obstinados navarros dejen de ser básicamente maketos, ni en el del afán de socavar nuestra libertad sobre el altar euscalerríaco, al que todo sacrificio es debido. Aunque se hayan permitido durante décadas textos escolares aberrantes que incluyen Navarra, con sus cuarenta y dos asesinados por la ETA, dentro de la fantasmagórica Euskalerria, dando textual razón a la banda. Y Educación del Gobierno de Navarra haciendo el lila o algo peor. Nunca, nunca será suficiente cuanto ofrezcas a una ideología errada, totalitaria, liberticida. Imagine el lector Navarra y el País Vasco sin la ETA en su historia reciente, con libertad. Entonces podían echar verdaderas cuentas los separatistas, quienes han ocupado el espacio público donde se ha vertido a tiros la sangre de nuestros muertos. Urkullu perdió una ocasión de oro para callarse, pero la querencia recolectora de nueces del árbol que agita la ETA le pudo: después de tantos litros de sangre y miedo sólo sois el treinta por ciento. Aún, debió pensar.

05 junio 2011

Mucho más que una placa
Diario de Navarra, 9-6-11 - Navarra Confidencial, 8-6-11

El 28 de mayo se cumplió el aniversario del asesinato en la sede de Correos del Paseo de Sarasate de Pamplona, de los guardias Antonio Conejo y Fidel Lázaro. Una escisión de la ETA, los Comandos Autónomos Anticapitalistas, los acribillaron en 1983. En 2008 una de las dos hijas de Antonio, Ana, declaró en Diario de Navarra “hay terroristas con placas de homenaje y mi padre no la tiene”. La viuda e hijas, entre las primeras lágrimas recibieron promesas de una placa en aquella oficina de Correos, apoyo y ayudas. El gubernamental “os prometo que no os vamos a dejar solas”, por supuesto, se incumplió. Y valium como todo apoyo psicológico. Era lo usual. Doy fe. Total, Mercedes y las niñas se buscaron la vida. Mientras, los cómplices batasunos cobraban puntualmente de las instituciones. España ha maltratado minuciosamente a sus víctimas. Antonio y Fidel, como tantos cientos, no fueron asesinados para robarles la cartera, sino para atacar a España, para que quienes formamos esta sociedad cediéramos a sus pretensiones. Fueron asesinatos públicos, contra nuestra organización pública, política, contra nuestra libertad. ¿Por qué hablo de la familia de Antonio? Hay tantas... Pero viendo el calendario recordé tus verdades, Ana. Las promesas incumplidas a las víctimas se resumen en cuanto contaba la niña Ana en 2008, que ya cría nietos de Antonio. Durante décadas, tras cada atentado, recuerdo la constante institucional, la reiterada promesa a la sociedad, muy especialmente a las víctimas: confianza en la derrota del terror y en el amparo del Estado de Derecho. Así más de ochocientas veces.
Hoy la enésima marca maniobra de la ETA está, sigue, en las instituciones. Se ha apañado con quienes se suponía iban a ser derrotados implacablemente por los demócratas. Nunca pensamos, querida Ana, que implacable se refiriera a la no-placa de Correos, cuya verdadera gravedad radica en su simbolismo: el cruel engaño que supone la componenda con los asesinos, la renuncia a su lisa y llana derrota, la opción gubernamental de asimilarlos entre nosotros. Entre tú y yo. La justicia política debida a las víctimas de esos delitos públicos, como la placa, sencillamente no es. Nos engañaron. Ahora conviene, pues, recordar quiénes apoyaron, justificaron y/o miraron para otro lado en 1983. Y comprobar que hoy llaman al PSN para formar gobierno aludiendo a algo que llaman, falsamente, progresismo; que no es sino inquina separatista manchada en nuestra sangre y enraizada en el racista fanático Arana. Aquéllos, carcundia liberticida, disfrazados de demócratas progresistas sin siquiera mostrar arrepentimiento, pesar, ni deseo de reparación por su apoyo, cuando menos político, a la matanza. ¡Piden la libertad de los asesinos y los equiparan con las víctimas! Me atrevo a lanzar dos peticiones a quienes pueden cerrar un acuerdo de gobierno. La primera es que ese gobierno pueda mirar de frente al verdadero y profundo significado político y ciudadano que encierran las víctimas del terrorismo. La segunda. ¿Será posible de una... buena vez que Navarra declare un día en el año dedicado a la memoria de nuestras víctimas, con contenido cívico político, con acto institucional y participativo? ¿No será esa una pieza justa y necesaria en el imprescindible relato de lo ocurrido que debemos elaborar los demócratas? ¿O dejarán la memoria y el relato de la matanza a la propaganda tibia, equidistante o incluso pro etarra? ¿Hasta cuándo lavarán los políticos su cara en modestos actos promovidos por ciudadanos? De no existir tales ¿nada se haría? Bueno, siempre quedarán los conciertos pro etarras que se descojonan de nuestros muertos; los suyos, señores políticos. ¿No les da vergüenza?