Escapar

<b>Escapar</b>
El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

22 junio 2012

Trescientos - Diario de Navarra, 22.06.2012

Funeral por Manuel Indiano. Su viuda conmovió a quien
le quiso escuchar el pasado 9-06-12 en la concentración
de Voces Contra el Terrorismo en Madrid.
A quien quiso escucharle, que no fueron ni el Gobierno,
ni el PSOE, ni la AVT: nos distinguen con su desprecio.
Gobierno y socialistas prefieren que olvidemos que alrededor de los pistoleros hay una canalla que empujó a muchos españoles por los ásperos senderos de la persecución, el sufrimiento atroz y la marginación, hasta su asesinato, y que todo es la ETA. Justifican que haya que retribuirles por dejar de matar, vamos, por habernos matado. Resulta que la canalla que amargó hasta los tuétanos del alma a víctimas y a tantísimos otros, son ciudadanos como nosotros o políticos como Ordóñez o Múgica; que la cofradía de otegis que manda la ETA del escaño no son etarras, esenciales en la matanza. Pero aunque los euskonazis estén legalizados por la maniobra de socialistas y populares en el TC y se disfracen levemente con piel de cordero, sabemos quiénes son. Dice el PPSOE que ellos no dicen esto que cuento, pero en realidad lo dicen. Y hacen. Mientras la banda goza de un poder que jamás soñó, gracias a nuestra claudicación, políticos y terminales mediáticas hablan majaderamente de reinserción.

Así, a los más de trescientos asesinados cuyo atentado está por esclarecer y a sus familias, les darán morcilla en nombre de la paz... donde no hay una guerra sino una nación defendiéndose del terror. Pero te acusan de vengativo: ¡no les exijas que canten y se haga justicia por tanta sangre y miedo! ¡Cómo pedirles responsabilidades, angelicos, por tanto horror! Hay que "reinsertarlos", según lo acordado, ir sacándolos a la puñetera calle con motivo de esta súbita epidemia de arrepentimiento! ¡Falso!, no hay arrepentidos, exceptuando algún aisladísimo caso. El arrepentimiento se nota: hace, dice, colabora, no impide la justicia y la favorece. Lo que hay es el oportunismo de marcar una casilla en un impreso y esperar el beneficio. Que nos digan quiénes eran los pistoleros de esos más de trescientos asesinatos; y los chivatos, perseguidores, vigilantes y acosadores de tantas víctimas hasta su asesinato, sin olvidar el ulterior machaque a los familiares. Hágase Justicia, irrenunciable en el relato de los demócratas frente a los terroristas, con los que, encima, hoy muchos perversos quieren equipar a las víctimas, así como con el entorno del etarra, ¡jaleador de la matanza! Encarni Carrillo, viuda del concejal popular Manuel Indiano, asesinado por la ETA el 29 de agosto de 2000 en Zumárraga, contó su estremecedora historia en la concentración convocada por Voces Contra el Terrorismo el pasado 9 de junio en Madrid. La pueden encontrar en su buscador de internet: lean, escuchen. Concluirán que hasta las piedras se conmovieron en aquel acto; al que no se sumó la AVT, hoy dedicada al papelón de decir alguna cosita campanuda pero sin salirse del folio ni molestar mucho. El Gobierno, a gusto.

Pero vuelvo por donde iba. La trágica historia de Encarni y Manuel -y tantas otras- delata lo evidente: el entramado etarra, y no solo unos pistoleros, maceró en el acoso y mató de trece balazos a Manuel dentro de su tienda de chuches. Aún queda por saberse quiénes eran todos los miembros del grupo etarra que lo mató: no hay uno de esos "arrepentidos" que lo cuente. Pero se precisa ofertar impunidad a los terroristas de pistola y de escaño. Por eso el consorcio PPSOE acalló cuanto pudo nuestro acto de protesta, donde habló la viuda. Para ese poder los que no tragamos somos vengativos y ultras. A tales descalificaciones llegan en ambos partidos, que, en atención a etarras y desprecio a víctimas, han formado repugnante acuerdo; así como en dejar impune y tranquilo en sus paseos por Noruega y media Europa al jefe etarra Josu Ternera, una de cuyas hazañas consistió en ordenar en 1987 el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza: once muertos. Cinco eran niños. Nada, que será otro "arrepentido".