La vida en Echarri Aranaz está marcada
por la tragedia de esta familia, por el crimen que delante de aquella
casa segó la vida del padre, Jesús Ulayar, el día 27 de enero de
1979. Los asesinos fueron capturados y condenados. Nunca cumplieron
toda la condena y una vez liberados, fueron recibidos con fiestas y
supremos honores en el pueblo. Hoy los asesinos son todos hijos
predilectos del pueblo. Echarri Aranaz es un pueblo en manos del
poder emanado del crimen y del miedo. Es uno de los casos más
trágicos y sangrantes, más ofensivos, de un destino tristemente
común, la ausencia de España de miles de pueblos españoles. De los
que el Estado y su mensaje de unidad, libertad y ley, se batieron en
retirada. Ante la indiferencia de la sociedad española, indolente,
consumista y deseosa de olvidar un pasado franquista de nula gloria
para esa mayoría que se pretendía antifranquista. La gran mentira
de la España postfranquista como enfermedad nacional. Pero España
no se retiró sólo del País Vasco. Con la educación en manos de
los nacionalismos se entregó a los enemigos de la idea de España su
arma más eficaz. También en Cataluña. Y así crecieron los
organismos volcados en la promoción del odio a España, su
ridiculización, al desprecio e ignorancia de la historia común.
España ausente de sí misma, mientras el enemigo borra las huellas
de su omnipresencia multisecular.
Escapar
Páginas:
18 septiembre 2013
LOS ULAYAR Y LA IDEA DE ESPAÑA, por Hermann Tertsch - ABC, 17.09.13
Regreso a Etxarri Aranatz, por Maite Pagazaurtundúa Ruiz - Diario de Navarra, 15.09.13
El fetiche del águila
negra que nos ha recibido va ligado a la historia también más
oscura, la de la educación en el odio a los niños y niñas en las
últimas dos generaciones. Es el signo de una idolatría fanática en
llaveros, pegatinas, pendientes, camisetas, cuadros, pinturas y
enmarcada una o cien veces en cada uno de los locales sociales y
bares donde han sido adoctrinados y reclutados....Los fetiches y las
consignas les han ayudado a deshumanizar, acosar y asesinar
sintiéndose héroes y víctimas, nunca responsables de sus actos.
Vuelvo a Etxarri Aranaz
para acompañar a los Ulayar nueve años más después de cuando nos
convocaron para entrar caminando en su pueblo. Fue en el año 2004,
25 años después del asesinato de su padre, Jesús, en 1979. Todos
los asesinos de ETA que cumplían condena, entre ellos, Vicente
Nazábal, el asesino de Jesús, fueron declarados hijos predilectos
del pueblo. Es, sin duda, un extraña singularidad local. Ellos, los
Ulayar, tuvieron que ir abandonando el pueblo.
Caminamos entonces, en
2004, en medio del vacío ambiental, hasta la sencilla casa donde
crecieron y junto a la cual asesinaron a su padre en presencia de un
niño de 13 años, uno de sus hijos. Pintamos entonces la pared de la
casa de azul cielo, como un acto de reparación y desagravio y
estampamos nuestras manos con pintura blanca porque nosotros no
matamos. Las manos permanecían esta mañana allí, ajadas, pero
sobre ellas han aparecido hace pocos días tres nuevas pintadas de
los fanáticos de la patria vasca. Una llama a seguir matando hasta
conseguir sus objetivos políticos; otra reivindica a ETA militar,
indicando literalmente “¡ETA y nada más!” y la tercera muestra
la alucinación histórica al indicar “conquistadores españoles
fuera”.
Un puñado de amigos
hemos acompañado hoy a la familia Ulayar. Se nos han unido algunos
de los vecinos justos de Etxarri. Antiguos pacifistas que también
sufrieron amenaza de muerte por rechazar los asesinatos de ETA. Hemos
repintado de un azul esta vez más claro –por azar- la pared, con
la leve interrupción de una voz anónima que ha gritado malhumorada
a distancia un “ya os vale” cargada de rencor. ¿De qué nos
vale?¿de estar vivos acaso, de haber sobrevivido física y
moralmente a la persecución?¿de indicar con nuestra presencia que
el alma social de Etxarri Aranaz no se quiere asomar al espejo de su
insensibilidad y crueldad?
Cuando ha secado la
pintura, hemos vuelto a imprimir las manos blancas con emoción
contenida, con el respeto debido a la dignidad humana vulnerada y
ofendida tan profundamente en ese lugar, dejando un par de franjas
con las manos blancas de entonces, como rastro geológico de nuestro
compromiso frente a la infalible falta de ética y de decencia de
los líderes locales que, como poco, han intoxicado de odio, de
fanatismo y de violencia a los chicos que están orgullosos de la
herencia de muerte.
10 septiembre 2013
NO ME RESIGNO - Diario de Navarra, 10.09.2013
El acoso nazionalista hasta después de la tumba |
LOS de siempre, han vuelto a pintar un insultante “GORA ETA” en la fachada de nuestra casa familiar en Echarri Aranaz, a cuya puerta el etarra Vicente Nazábal tiroteó a nuestro aita, Jesús Ulayar, que quedó tendido a mis pies, muerto. Ya ven, los “derrotados” siguen persiguiéndonos incluso después de matarnos. Y digo los de siempre porque las distintas caretas y marcas que la ETA ha ido adoptando desde HB hasta hoy son un entramado -una hidra con sus múltiples cabezas- al que se nos quiere presentar como lisa y llanamente derrotado, cuando a la vista salta que, gracias a la traición del infausto Zapatero -a la que se sumaron primero el PNV y luego Mariano Rajoy como actores principales- hoy tiene más poder económico y político que nunca, exaltan a los asesinos y se carcajean de nuestros muertos.
Se regaló la legalización a la bestia cuando estaba al borde de su completa derrota. Así, se dio por buena la situación creada por el cóctel de asesinatos, acosos, amenazas, secuestros, extorsiones, etcétera con los que los terroristas moldearon durante décadas el País Vasco y buena parte de Navarra, echando a sangre y fuego al rival político ciudadano del espacio público. De ese modo, solo había un discurso: el separatista. Gente normal -y cobarde-, en aquel ambiente opresivo, decidió conceder, callar, adaptarse, que es más fácil para vivir: así se han esculpido los resultados electorales. Aunque también extendieron sus más de 850 asesinatos por toda España para amedrentar al Estado. Por culpa de los matones -y de un Estado débil con demasiados políticos necios- nunca ha habido democracia en estos lares; y sí unos claros beneficiarios de la circunstancia: el separatismo. Era evidente que unos cuantos años de ilegalización, para que el aire de la libertad corriese y nos saneara, eran paso obligado para intentar revertir la atrocidad, borrar la huella social de la bota liberticida.
Pero la referida indignidad de ZP y Rajoy en compañía del PNV, -¿recuerdan el “Mariano, no me fío de ti” de San Gil?- decidieron que, ¡aire!, apaño y fin de la cuestión. Se encargó del remate el político Tribunal Constitucional. Y los cuatro tiros que mataron a Jesús Ulayar fueron legitimados políticamente. ZP, Rubalcaba, Rajoy y sus palmeros y arriolistas han derrotado a la Justicia; nos han traicionado y han mangoneado casi todas las asociaciones de víctimas, de modo que no se salen del folio en los pellizcos de monja que dicen alguna vez. No doy el poder de herirme a esos nazis que pintan una barbaridad en casa. Lo que me indigna y pudre la sangre es ser derrotado en 1979 a manos de la ETA y sufrir como hemos sufrido los Ulayar Mundiñano (como tantas otras víctimas) durante décadas esperando Memoria, Dignidad y Justicia para, finalmente, comprobar que nos han amordazado y derrotado nuevamente quienes suponíamos eran los nuestros: PSOE y PP, apañando con los matarifes. ¡Pero si Egiguren acaba de llamar a los presos de la ETA “soldados” y nadie le va a echar de su partido¡ A su juicio, ¿sería yo un soldado si cojo una pistola y me tomo venganza? No, sería un asesino, porque aquí no ha habido una guerra.
A pesar de que el resto de las esferas de mi existencia, gracias a Dios, giran en armonía, confieso que ésta, tan importante, la vivo cansado y a veces contamina a las demás; que la vida me queda larga, desde mi infancia, desde aquellos putos años del acoso hasta esta hora amarga del cinismo. Pero juro que no me resigno. Solo soy un granito en la playa y mi vida un día se extinguirá, como una raya en el agua. Pero mientras tanto, y parafraseando a Primo Levi, proclamo que hay una libertad que jamás podrán quitar a un Ulayar Mundiñano: no otorgaré mi consentimiento, aita.
A pesar de que el resto de las esferas de mi existencia, gracias a Dios, giran en armonía, confieso que ésta, tan importante, la vivo cansado y a veces contamina a las demás; que la vida me queda larga, desde mi infancia, desde aquellos putos años del acoso hasta esta hora amarga del cinismo. Pero juro que no me resigno. Solo soy un granito en la playa y mi vida un día se extinguirá, como una raya en el agua. Pero mientras tanto, y parafraseando a Primo Levi, proclamo que hay una libertad que jamás podrán quitar a un Ulayar Mundiñano: no otorgaré mi consentimiento, aita.
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