Escapar

<b>Escapar</b>
El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

12 septiembre 2010

Esperadores del terror - Diario de Navarra 17.09.2010

El etarra ¿uno más para nosotros?
En las reacciones a los comunicados de la banda terrorista Eta, abunda un tipo de frase que se ha convertido en lugar común, un indeseable lugar común en boca de políticos así como de personas de algún relieve público, que se pronuncian en tono grave y creo que de forma gravemente dañosa para la ciudadanía democrática española. Hablo de las declaraciones, sobre todo a rebufo de lo dicho por los asesinos, que manifiestan esperar algo de los mismos. Y ello con algún tinte de esperanza; ganas de faltarse uno mismo al respeto. Incluso se llega a pedir a los pistoleros que “no defrauden las esperanzas” de la gente. Se les concede así en el discurso público la posibilidad de ser fuente de algo decente, aberración que justifica precisamente esta desesperanzadora “esperanza” que iguala a los terroristas con otro agente social legítimo. Se les blanquea. Unos anuncian que su partido o grupo espera de los etarras la entrega de las armas. Otros que esperan una declaración de no sé qué en virtud de la cual la mafia de la serpiente abandone la “violencia”. Por cierto, palabra ésta harto insuficiente tratándose de quienes se trata, por abstracta, pues que incluso el portazo nocturno del vecino desconsiderado lo percibimos violento. Lo de los etarras creo que es un poquico más y se llama te-rro-ris-mo.

Pero volvamos. Hemos llegado al extremo de escuchar al presidente del gobierno de la nación, José Luis Rodríguez Zapatero, declarar que está “profundamente decepcionado” por el insuficiente -otra palabrita para el análisis- alcance del último comunicado de esos émulos del Ku Klux Klan tocados con boina. Profundamente, dijo. ¿Tiene suficientemente en cuenta la dignidad del cargo de presidente -la nuestra- al manifestar su decepcionante decepción? Claramente tenía alguna esperanza en su espera de respuesta en esos tratos que se trae con la Eta/Batasuna. Que ha sido lo dicho, insuficiente: ¡te tengo dicho, Josu, que me hace falta más para lo que ya sabes! La espera esperanzada. El uso de este lenguaje, muchas veces atolondrado, que otorga algún sentido político al hecho de que ciudadanos decentes puedan esperar esperanzados algo bueno de los matones, me parece sencillamente desolador. Hasta puede verse insultante para un ciudadano consciente de serlo. No digamos para víctimas directas y sus familias, amén de perseguidos y represaliados por la bicha separatista. Ese lenguaje según el cual se está pendiente de lo que largue un atajo de matarifes, les reconoce un “tú” a tomar en cuenta en nuestra confrontación en el espacio público; les da carta de naturaleza política y social en lugar de marginarlos sin descanso. Favor que se hace a los pistoleros y, por tanto, flaco favor a nosotros mismos. Debemos manifestar de forma exigente qué esperamos de la ciudadanía, de los políticos y gobernantes, de nuestro estado de derecho: que liquiden todos los tentáculos del terror con firmeza democrática.

Retiren nuestra bocas ese “tú” legitimador social y político a la Eta/Batasuna. Siempre. Un “tú” concedido por la pereza intelectual, la tibieza moral y puede que hasta por la maldad. Nuestro “tú” ciudadano debemos reservarlo para quien se conduce civilizadamente. No para terroristas. De pistola o de escaño. No debe contar lo que pueda llegar a decir o no la Eta/Batasuna. Ni su especulación. En el discurso democrático sólo debe contar lo que decimos nosotros, los ciudadanos. Quienes de diversas maneras han venido reconociendo a las fieras en el espacio público, al modo de agentes políticos y como tales ineludibles en su discurso, vienen favoreciendo el reptar de una serpiente que de otro modo habría muerto ¿hace cuántos asesinatos y extorsiones? Muchas veces también las palabras las carga el diablo.

08 septiembre 2010

El segundo tiempo - LA GACETA 08.09.2010

Atuendo etarra para vídeo casero.
Continúa la función. El anuncio etarra de que han aparcado un rato las armas forma parte del toma y daca que se traen con ZP. Ya desde que el falso leonés firmara el pacto antiterrorista con una mano mientras con la otra enredaba con los pistoleros. Éstos, tras la mayoría absoluta de Aznar en 2000 y los atentados del 11S, preveían las cosas bastante negras en el oficio capuchino del tiro en la nuca. La banda pensó en una estrategia negociadora que los dejara en la vida política y de rositas respecto de sus atrocidades. Al otro lado del aparato estaban Txusito y sus “gorrinos”, como les denominara la ETA, para lo que fuera menester. Allí, desde la oposición, arranca la ristra de mendacidades zapateras. Este entremés negro ofrecido por los siniestros y ridículos encapuchados es una nueva trampa para ingenuos y malvados.

Recientemente, Zapatero se jactaba de lo positivas que resultaron las negociaciones con la ETA y de que allí se sembró la semilla del final del terrorismo. No su derrota lisa y llana, sospecho, sino el cuento éste del etarra malo y el etarra bueno al que hay que ayudar. Así que esperaba este paso de la banda y ello abunda en los indicios de negociación o apaño. Aunque el comunicado de los émulos del Ku Klux Klan se ha quedado corto de alcance. Y el Gobierno con estos pelos. Como ya predijo Jaime Mayor, no satisfacen las expectativas. ¿Qué sabe Rajoy de todo esto? Le agradecería que nos contara el contenido del pacto antiterrorista con Zapatero, el que esgrime de vez en cuando y ahora dice dejar en el aire. ¿Será que la revelación resultaría bochornosa? Esta ocultación molesta sobremanera a este ciudadano español, que no súbdito de una casta política.

La moribunda ETA se ha mantenido estos años gracias al suministro de esperanzas y, según los más suspicaces, de vituallas de distinta calidad –por ejemplo, el cambio de posición de la Fiscalía en el caso Egunkaria, posibilitadora de una enorme indemnización económica– que le allega el embustero Zapatero. Frente a este panorama, Rajoy debería proclamar una y otra vez que romperá cualquier acuerdo entre ZP y ETA-Batasuna. Recordará el amable lector que, cuando el socialista accedió al poder en 2004, a los terroristas les quedaba un telediario. Pero, teniéndolo tan fácil, no remató a la bicha. ¿Por? Pues creo que topamos con la reserva mental zapatera respecto de las políticas del pacto antiterrorista. Tropezamos con la ideología del actual inquilino de La Moncloa. No cree en la lisa y llana derrota de la ETA-Batasuna y, por tanto, les da la opción de negociar; por tanto, la esperanza. Sin esperanza, los matarifes habrían claudicado. Zapatero sabe que es posible machacarlos con la firmeza democrática en la mano, por supuesto. Y lo tiene a su alcance. Pero prefiere la consecución de una suerte de ERC a la vasca con los Otegi, la parte de la ETA buena y sufriente a la que hay que dar una salida, pobres, un espacio político incluso con poltrona. Para cierta izquierda esto es indiscutible, pues está escrito en las estrellas. Oiga, pueden hacer como hacemos tantos: a las ocho a trabajar.

Total, que con la escenificación de un epílogo aceptable para ETA-Batasuna, que por definición renunciaría a la derrota en toda regla de los descarriados hermanos izquierdistas, podrían llegar a ser sumados a la gran familia zurda, única ideología legitimada para gobernar los restos de algo que fue España, nación en la que no cree ZP. En ese punto también el derechista PNV debiera tomar nota. En la política que sigue Zapatero prima claramente el interés sectario, frente populista, sobre el patriótico, que busca la política con mayúsculas: la sincera construcción del bien común entre los españoles. A izquierda y derecha.

Sospecho que los escandalosos movimientos habidos durante los últimos meses con presos hayan sido en prenda de la impunidad que ZP estará dispuesto a conceder a los terroristas si progresan adecuadamente. Esos de los que Rubalcaba dice que ya no son etarras, a pesar de tanto derramamiento de sangre y de sus nulas o falsas muestras de arrepentimiento o enmienda. Don Alfredo nos toma por idiotas, tal vez con razón. En definitiva, una traición intolerable y una afrenta a la justicia debida a las víctimas y a todos los españoles, que va bastante más allá de la justicia penal: es la justicia política.

Por último, y escribiendo desde Pamplona, no está de más recordar el pasteleo de Loyola, donde Batasuna, PSOE y PNV llegaron a un principio de acuerdo sobre el viejo reino. Paradojas de la vida, el acuerdo se desbarató porque la banda se descolgó con nuevas exigencias, no porque los representantes políticos retiraran de entrada y sin contemplaciones aquella atrocidad de encima de la mesa. Finalmente, prevengámonos de una manida y puede que tramposa afirmación, según la cual los etarras deben rendirse sin recibir contrapartida política alguna. Error. Deben rendirse sin recibir contrapartida alguna. Cualquier contrapartida es política.

06 septiembre 2010

Para ingenuos y malvados - Diario de Navarra, 06.09.2010

Pienso que el anuncio de la banda terrorista ETA es un acto más del teatrillo, de la negociación que se traen con ZP desde hace años. Más concretamente desde que el falso leonés traicionara el Pacto Antiterrorista al tiempo que lo firmaba. Un artista. Esta declaración terrorista es otra trampa destinada a ingenuos, malvados y poco avisados. Hace bien pocas fechas Zapatero se jactaba de lo positivas que habían resultado las negociaciones con ETA y de que ahí se sembró la semilla de la solución. Su solución, claro. Sabía que esta tregua iba a caer pronto. Quien no vea la actual negociación está ciego o no quiere ver. Tal vez sea ese el mal de Rajoy que, por cierto, sigue sin contar el contenido de su pacto antiterrorista con Zapatero. Sí, ese que amenaza ahora con romper. Veremos. El poco aire que le queda a la banda terrorista ETA viene siendo suministrado por las esperanzas que le suscita el mendaz José Luis Rodríguez Zapatero. Así que no estaría mal que el gallego anunciara todos los días que se desvincula de cualquier compromiso que se pueda cerrar con ETA/Batasuna, máxime si el PP llega a la Moncloa. Por otra parte resulta enternecedor Miguel Sanz diciendo que este anuncio está destinado a comprometer al gobierno socialista -pobre- en una negociación. Como si no lo estuviera ya hasta el cuello.

Cuando el socialista accedió al poder en 2004 a los terroristas les quedaba un cuarto de hora, sobre todo gracias a las políticas del Pacto Antiterrorista: unidad democrática en la intolerancia con los intolerantes asesinos de 850 víctimas y amedrentadores de centenares de miles de españoles. Punto. Pero nos tropezamos con el problema ideológico del actual presidente del gobierno. No cree en la lisa y llana derrota de la Eta/Batasuna. Siempre les da la opción de negociar y por tanto la esperanza. Sin esperanza las bases terroristas habrían claudicado. Zapatero sabe que es posible machacar a ETA con la ley y la firmeza democrática en la mano, por supuesto. De hecho lo tiene a su alcance. Pero prefiere la consecución de algún tipo de apaño que la transforme en una ERC a la vasca. Si negocia una escenificación de final aceptable para los malos en lugar de derrotarlos en toda regla, bien pudiera contar con ellos para sumar un miembro más a la gran familia de la izquierda que, cordón sanitario mediante, les perpetúe en el poder, pues que la zurda es la única opción ideológica legitimada para gobernar lo que va quedando de la nación española, en la que no cree ZP. Es decir, en la política antiterrorista predomina el cálculo de beneficio sectario por encima del interés patriótico, del bien común de los españoles, a izquierda y derecha. En este camino negociador es evidente que la impunidad de los matarifes va a ser uno de los precios que Zapatero estará dispuesto a pagar, igual que en el anterior periodo. Una indecencia a más de una traición. Un anticipo lo tenemos en los recientes escándalos de beneficios penitenciarios a etarras que, a pesar de sus muchos crímenes, para Rubalcaba -que nos toma por idiotas y lo malo es que tal vez tenga razón- ya no son etarras. Y para terminar no estaría mal recordar Loyola. Batasuna, PSOE y PNV llegaron allí a un principio de acuerdo sobre Navarra. Sólo una nueva puja de la banda lo desbarató. Échale hilo. ¡Ah!, y no nos faltarán ahora, como siempre, el malvado y el utilísimo tonto moral de guardia diciendo que una tregua siempre es buena noticia, que si el diálogo y los pastores de Belén, que tal y pascual... País.