Escapar

<b>Escapar</b>
El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

28 julio 2008

Nada

Tras la reunión de Zapatero y Rajoy en la Moncloa, muchos celebran jubilosos el nuevo entendimiento en materia antiterrorista entre PSOE y PP. Pero si uno echa un ojo a lo acordado no encuentra nada. Sí, no hay nada de nada. Seamos honrados y atengámonos a lo dicho, que no escrito, amigo, tras la entrevista. Y no me hablen de los fuegos de artificio sustentados sobre grandes obviedades que significan todo para lograr, precisamente, que nada signifiquen. A saber: unidad de los demócratas, apoyo a las víctimas, cooperación internacional, confianza en el Estado de Derecho y respaldo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y reafirmar que el único destino de ETA es desistir de la violencia. ¡Oh prodigio de acuerdo! ¡Oh certísima esperanza! ¡Gran luz nos ilumina! El parto de los montes. Una cantinela más vieja que el hilo negro. Y elástica como la redondilla de mi abuela. Nada de eso se ha violado en la última legislatura. Ya advirtió cínicamente la vicepresidenta que el discurso del gobierno no ha variado un ápice. Coño, y tiene razón. No tiene necesidad. ¿Qué valor tienen las palabras que no valen? Teatro de sombras.
Es harto significativo que esto de que “el único destino de Eta es desistir de la violencia” no haya sido bien puntualizado desde Génova. Ha colado el lenguaje zapateresco, por lo visto aceptado desde ahora por el gallego. ¿Cómo que desistir de la violencia? Al Estado de Derecho le debe dar exactamente igual que desistan o no desistan los etarras, porque irá a derrotarlos a saco... ¿o no? Y con esta perla de acuerdo, Rajoy justifica su satisfacción: se había recuperado el espíritu del Pacto Antiterrorista, que es lo que cuenta; más que el hecho de que esté por escrito, claro. ¡Qué modo de malbaratar el mejor instrumento conocido contra Eta! Lo indignante es que Rajoy lo sabe, pero tenía necesidad de enterrarlo. Y lo ha hecho tan bonitamente: sustituyéndolo por una visita a la Moncloa en la que se da por satisfecho con esa perversa nada de cinco puntos, que además habrá costado horas y horas de conversaciones previas. ¿Para esto? Y ello a expensas de la visita del resto de partidos políticos que, recordémoslo, están plenamente de acuerdo con la negociación con Eta.
Total, que miente Mariano Rajoy en su intento de colarnos esta burra averiada a cambio de enterrar el Pacto Antiterrorista, renunciando además a reeditar otro de similares características. Tendría que tener el valor de decirnos que definitivamente ha tirado la toalla. Pero además de no contarnos la verdad, se adorna presumiendo de haber recuperado el espíritu del Pacto, la esencia, digamos. Cuando en realidad no tiene un pacto ni nada de nada; cuando sólo hay un humo, sombras. ¿Esconderán éstas otro acuerdo más concreto y reservado? Mal está mearse en el vaso de la piscina, pero no añada la grosería del trampolín, don Mariano, que se me queda cara de idiota.
En fin, que con ese pedazo de mentira cocinada en el bis a bis monclovita, Rajoy quiere parecer un poco más simpático, según a quien. Ello le vale unas cuantas loas del equipo mediático habitual zapaterino. El mismo que en las siguientes elecciones seguirá pidiendo el voto para ZP. Yo -¿qué quieren que les diga?- voy desconectando de esta gente. Lo más grande de esos acuerdos, tan injustificadamente celebrados, es la enésima repetición de la confianza en nuestro Estado de Derecho. El famoso EdD. El mismo que nos mete a De Juana a vivir junto a las víctimas, el mismo que permite el callejero etarra y el que admite grandes redenciones de pena para los asesinos por motivos falsos e insultantes; el que nada hace cuando el asesino de mi padre es nombrado hijo predilecto de mi pueblo y el que se amolda a la negociación política de ZP; el mismo que permite que grupos musicales insulten a nuestros muertos, que etarras celebren los atentados en las cárceles; el mismo Estado de Derecho que nos maltrata concienzudamente y que nos engañó.
Así que miro la actualidad, pienso y digo. Pero evitando ser contagiado por la insania política; con una saludable distancia -pues decidí sufrir íntimamente antes de ahora- y, por qué no admitirlo, como con un punto de mala leche. ¿Será rencor? Y concluyo que, cada día un poco más, este país me empuja a las profundidades del escepticismo, al desamor patrio. Frente al desafío diluyente de la Nación de ciudadanos libres e iguales, faltan líderes fuertes y capaces; dispuestos a proponer y defender sus ideas; que no se limiten simplemente a defenderse de las de los demás. Triste España.

21 julio 2008

Como un pedo en misa (con perdón)

Basagoiti declaraba ayer en Deia que quería un PP al que "vean como una fuerza vasca y española, sin complejos, una fuerza muy vasquista y de centro." Áteme usted esa mosca por el rabo. Y me pregunto yo qué será eso de vasquista. Una melonada, creo. Apuesto a que el joven, aunque ya muy curtido, político vasco no tiene ni idea. Una fuerza vasca -y vasquista- y española. ¿Y españolista por qué no? mm... Imagine el lector a Basagoiti declarándose españolista en Deia. Como tirarse un pedo en misa, oiga (con perdón). Eso no se dice; caca. La corrección política y el caer simpático -doctrina hoy más extendida que ayer en el PP- produce tristes piezas como las que nos ocupa. Opino que generan una pedagogía política lamentable.
Siempre escucharán ustedes a gentes que se reclaman vasquistas, galleguistas o catalanistas. Bastaría con ser vasco, gallego o catalán, digo yo. A mí me vale con ser español o navarro o vasco. Pero ese ismo añade un leve sazonado nacionalista muy decorativo hoy por hoy. Y es que está guay, muy guay. En su ingenuidad, nunca se diga mi paciente lector eso de españolista; así, como utilizando el mismo patrón de quien se reclama vasquista. No, no, no. Resulta de una incorrección política deplorable. C'est ne pas la même chose, que no. Lo in es lo otro. El españolismo está out. Y en ese juego se ha pillado la lengua Basagoiti. Pero los nuevos tiempos mandan. Hay que incluir algo de discurso vacío y concesivo con tal de no caer antipático. Triste, porque además nunca te perdonarán ser un facha. De ningún modo, por mucho que te declares de extremo centro. En fin, un discurso de funcionario de partido que, de ser preciso, mañana comenzará a matizar por otro derrotero. Un discurso polivalente. ¿Moderno que no?

Otra curiosidad de estos nuevos tiempos. El buen Basagoiti dice que ahora el PP va a tender la mano al ciudadano, va a ser abierto a todo (espero que en este punto lo dicho efectivamente sea retórica vacía) y que va a dialogar; dejando claro que todo eso es nuevo. Es decir, que antes, en los oscuros años del sangilismo y previos, eso no se hacía. Comprueben: "La esencia sigue siendo la misma del PP vasco, pero es un partido con un nuevo impulso, que supone mantener y defender los valores en los que creemos. Lo nuevo es volcarnos en vender lo que tenemos, lo nuevo es intentar tender la mano a los ciudadanos, ser abiertos a todo y lo nuevo también es el diálogo." ¿A que no exagero? Leyendo esto me acuerdo de una antigua expresión, muy de amas de casa de la pre liberación femenina: “claro, y ahora dirán de nosotras que somos unas marranas”. Y es que alguna presumía de ser tan extremadamente de centro, digo limpia, que forzosamente dejaba en evidencia a las demás. No sé yo si algo así podrán pensar los Mayor, Iturgaiz y San Gil.

Queda claro que a dialogante no le va a ganar nadie al nuevo PP vasco. No pasará como con sus antecesores. Pero mira que, como para justificar lo del diálogo con los nacionalistas, argumenta que ¡en el PP ya se dialogaba antes de ahora! Se me ha cortado la orina y todo, oyesss. ¡Qué tío! pienso. Y cita algún ejemplo: "Más allá de lo que se oye o de lo que parece, todo el mundo del PP vasco ha pactado en las instituciones con el PNV para mejorar la calidad de vida de los vascos. Empezando por Regina Otaola con el diputado de Gipuzkoa para hacer un puente en Lizartza...” Fíjate, si hasta la antipática Otaola fue capaz de pactar -es decir, dialogar- con nacionalistas... no irá nadie a afearnos que nosotros lo sigamos haciendo en este nuevo amanecer ¿no? Y entonces... ¿en qué quedamos? ¿Antes de ahora la carcundia pepera dialogaba y acordaba con los nacionalistas en lo posible, ello en beneficio de los ciudadanos, o no dialogaba? Jorlll

Y así. Una risa, titi. El paciente lector puede embaularse la entrevista completa aquí. Sí, tiene otros asuntos que dan como para solventar más folios blogueros. Por ejemplo alguna cosa sobre Redondo y Mayor. Aunque cueste creerlo, resulta aún más edificante que lo que va dicho. Pero vaya, que la pereza acampa en mi corto entendimiento. Besos castos María.

18 julio 2008

También son de Leiza

El pasado día 14 se celebró un año más en la localidad navarra de Leiza, el acto en memoria de José Javier Múgica. Concejal de UPN, fue asesinado por Eta hace siete años mediante la colocación de una bomba en los bajos de su vehículo, aparcado a la puerta de casa. La prensa ha publicado una carta al director que se refería a José Javier. También a Carlos Beiro, guardia civil asesinado en ese mismo pueblo. Por caridad omitiré el nombre del autor. El caso es que ese texto -difícil de leer por enrevesado- remata diciendo que los asesinos no son de Leiza; así como en descargo de aquella localidad: “...en Leitza, no se oían bombas ni disparos, hasta que no llegaron los asesinos, sembrando odio, porque ellos, no son de Leitza, ni Leitza los quiere.”
Esa afirmación cándida y buenista desconoce la realidad de ese pueblo. Y sí, me recuerda a la verborrea de Ibarretxe. A diferencia del peneuvista, el autor de la carta cometió sus líneas con buena intención, no tengo duda. Pero qué quieren, sonó a Ibarretxe. “No son vascos”, nos ha dicho en más de una ocasión refiriéndose a los etarras tras un atentado. No te jode, serán de la provincia de Palencia. Como si ser un hijo de Satanás fuese incompatible con ser nacionalista vasco. Como si para comportarse como un miserable de tantos quilates como el etarra hiciera falta ser no sé... ¿español? ¡Claro! Quitados los lusos, no hay más opciones en suelo ibérico.
La terca realidad es que entre los vascos hay bastantes cabrones de esos, por mucho que Ibarretxe mienta en descargo de sus vascos. Cuando matan toma distancia sideral. Aunque luego les suelta subvenciones, llora por su ilegalización y tal. Pero volvamos al tema que te pierdes, Ulayar. Pues eso; tanto en la CAV como en Navarra, entre los vascos hay bastante proetarra. Y Leiza no es una excepción como pretende el párrafo citado. Olvida que hay leizarras indeseables que apoyan con sus votos -la mayoría en las últimas municipales- acciones y omisiones a los que dejaron viuda a Reyes Zubeldía y huérfanos a sus hijos. Que dejaron viuda a María José Rama y huérfanos a sus hijos. Y es que en el intento de embellecer (?) un texto se puede llegar a decir sandeces elefantiásicas. Hay que sacrificar los adornos a la verdad.
Otra de categoría menor. O igual, no sé. La prescindible pieza literaria habla de aquello de la sinrazón terrorista. Sinrazón, dice. Se trata de un lugar común aceptado durante décadas, extraordinariamente útil para no pensar. Pereza intelectual. Lo de los etarras está muy calculado y razonado. Y para ellos es terriblemente razonable en función de lo que persiguen. No se trata de una cuadrilla de locos que obran con el entendimiento cegado, como da a entender la coletilla. Esa conclusión nos llevaría a rebajar el juicio a su calculada maldad. El objetivo de los asesinatos es barrer de odiosos españoles el espacio público. Víctima del miedo o de las balas, el adversario político casi no existe o se encuentra muy perjudicado. De ese modo sólo los nacionalistas pueden hacer política ocupando normalmente el espacio público, con la evidente ventaja que ello comporta. Con los no nacionalistas anulados, la tarea de ahormar la sociedad a favor de los esquemas sabinianos es mucho más sencilla. En esas sangrientas ventajas se va moviendo el nacionalista desde hace décadas. También en la bucólica Leiza que nos pinta el atolondrado autor de esa carta al director que me ocupa y aburre ya. ¿Sabrá el tipo de dónde es natural Patxi Zabaleta?

13 julio 2008

Qué... de país (II)

“Qué... de país”, titulé la entrada anterior. Bueno, el magnífico reportaje de hoy de Aníbal Malvar en el diario El Mundo, abunda en más muestras de maltrato del Estado de Derecho a las víctimas del terrorismo. Un desparrame indecente. Nos cuenta que De Juana Chaos, a su salida de la cárcel el próximo día dos de agosto, vivirá en un piso de la Avenida de Carlos I de San Sebastián, muy cerca de cinco familias víctimas del terrorismo. Incluso una de ellas vive justo encima de la vivienda del matarife.

¿Se acuerdan del jaleo que se montó cuando el etarra Cándido Azpiazu, asesino de Ramón Baglietto, instaló su cristalería bajo el piso de la viuda, la valerosa Pilar Elías? Algún jaleo, sí. Algún reportaje, sí. Y ya está. Sospecho que ahora ocurrirá tres cuartos de lo mismo. El camino de las víctimas de Eta está alfombrado de este tipo de canalladas. Canalladas cometidas sobre las familias de los asesinados y consentidas por el dichoso EdD. Mis hermanos y yo mismo sabemos qué supone encontrarte con el asesino de tu padre por la calle. Un tipo repugnante y chulo, sin ningún arrepentimiento y con un comportamiento desafiante e insultante frente a a los hijos de su víctima. Y desde 1996 que nos va ocurriendo esto para acá nadie ha puesto remedio. Fíjense, el siniestro fundador de HB y parlamentario por Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta, lo tiene acogido en su despacho profesional y nadie en el Parlamento Foral le afea la conducta. Está asumido y punto. De locos.
Pronostico que tras este nuevo escándalo seguirá sin pasar nada. En su día a ZP no le produjo rubor alguno anunciar que De Juana estaba a favor de su maldito proceso. Toda una lindeza presidencial hacia el matarife, que no hizo otra cosa que administrar un cierto aseo a su repugnante faz. Mientras, el equipo mediático habitual zapaterino nos daba hasta hinchar a los de la AVT; no queríamos su pazzz. ¿Con qué limpiará Zapatero esa canallada? ¿Le importa algo? Me hierve la sangre. Así que la viuda y la madre de Joxeba Pagaza tendrán que tragar o cambiarse de domicilio. Igual que María Teresa Embid, viuda de José María Herrera, que vive justo encima del que va a ser el nido de serpiente del asesino. Igual que el secuestrado por Eta Julio Iglesias Zamora. Igual que Isabel Bastida, viuda de Jaime Arrese. A veces pienso que España no se merece sus víctimas, porque las ha tratado de manera inenarrable; porque les inflige un dolor sin remedio. Y a pesar de todo, ellas han estado siempre muy por encima de su nación. Uno, en su negra pena, se pregunta si valió la pena.
Tranquilos, el ministro Bermejo confía en que “este hombre -por el animal- entienda lo que es la vida en sociedad”. Ni siquiera una declaración que muestre empatía o cariño hacia las víctimas afectadas. Es decir: dense por j... Gran novedad.

11 julio 2008

Qué... de país

El caso es que estaba oyendo la radio y comentaban la decisión de la Audiencia Nacional sobre el callejero etarra. Vamos, que por el mantenimiento de una calle a nombre de un etarra, el Estado de Derecho no prevé castigo penal para el incalificable alcalde. Negarse a retirar la infamia, es decir, mantenerla día a día, año a año, a pesar de ser instado a lo contrario, por tanto fomentarla, no es apología del terrorismo. Y qué quieren, concluiremos que el mismo Estado de Derecho -EdD, diremos- por cuya defensa fueron asesinadas tantas víctimas, es incapaz de defender su memoria con la debida celeridad y decoro. Esto me recuerda otro maltrato al que el EdD somete a sus víctimas: la bendición de las letras de grupos como Soziedad Alkoholika. El año pasado cruzamos opiniones el alcalde de la localidad navarra de Berriozar por la coalición nacionalista Na-Bai y quien suscribe, en las páginas de Diario de Navarra. El primer edil fingía solidarizarse con las víctimas del terrorismo, pero que allá leches si un grupo musical se mofaba de ellas con el amparo de su consistorio durante las fiestas. En fin, ácido cinismo el del señor Lasa. No sé entrar a juzgar la labor del juzgador con criterios jurídicos, así que echaré mano del sentido común ciudadano. Y qué quieren, la decisión de la AN repugna a la razón. Eso sí, de modo muy razonado. Una manera digamos que científica de meternos la mano en el pecho a las víctimas y estrujarnos el corazón sañudamente. Cuerpo a tierra que vienen los nuestros.

Volviendo a la radio. Tras informar sobre la funesta noticia de la AN, pasaron a comentarla con el presidente de la AVT, Juan Antonio García Casquero. Decía que si se perpetran estas cosas desde el dichoso EdD a costa de la memoria y la dignidad de las víctimas, él se preguntaba en qué “puntos suspensivos” -dijo- de país vivimos. Desde la Transición la democracia española estableció una suerte de contrato de sangre con sus víctimas. Sí, sí. En décimas de segundo me pasan décadas de peticiones de confianza en el EdD desde gobierno y partidos democráticos. Centenares de mensajes a las víctimas y a toda la ciudadanía, muy especialmente a las víctimas, en los que se nos instaba a confiar en el EdD, que con toda seguridad vencería al terror y nos ampararía. Y yo necesitaba creerlo. Uno pensaba que somos los buenos, que no podía ocurrir otra cosa. Tragamos en silencio carros y carretas durante décadas: el olvido, el nulo reconocimiento social de la tragedia y el “algo habrá hecho”. Aceptamos el contrato de adhesión que se nos presentaba: sufrid callados, que a cambio venceremos y se os reconfortará. Eso entendimos, vaya. Y ahora nos vienen con estas... y otras. Por ejemplo, De Juana saldrá a la calle el mes que viene probablemente. Dicen que legalmente no se puede hacer más. Y me pregunto ¿dónde ha estado durante décadas el negligente EdD para no poner remedio a situaciones tan sangrantes como previsibles? Resumiendo, ¿dónde demonios se metieron nuestros políticos, aquellos que nos reclamaban confianza?

Si lo piensa bien el paciente lector, un grupo musical puede subirse al escenario y troncharse de risa mientras se cisca en nuestros muertos y no pasa nada. Soportamos durante décadas el callejero en homenaje a nuestros asesinos y poco o nada pasa a estas avanzadas alturas. Un ayuntamiento -el de mi pueblo, Echarri Aranaz- coloca contenedores de basura sobre el punto donde Eta mató a un ciudadano -mi padre- y no pasa nada. O nombra hijo predilecto del pueblo al asesino de ese vecino y sigue sin pasar nada. Un matarife como De Juana Chaos se descojona de nuestros muertos y no pasa nada. Es más, incluso le recetan un salutífero paseo por las calles donostiarras. Y así. Parece que en los puntos suspensivos de la entrevista cabía un enorme montón de... (rellenar la línea de puntos con lo que le pete al lector)

03 julio 2008

Metálica


La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, anunció hace pocos días que las personas asesinadas en Navarra por Eta tendrán calles dedicadas. Así, la capital navarra es el primer municipio de la Comunidad Foral que concreta su adhesión al acuerdo de la Federación Navarra de Municipios. Siempre será oportuno recordar a las víctimas de Eta. Satisfacen mucho distinciones como la Medalla de Oro de Navarra, concedida por el gobierno foral en 2000, la promoción de monumentos o, como ahora, la idea de honrar las calles de nuestra ciudad asignándoles los nombres de víctimas del terrorismo. Sí, sí, honrar nuestras calles, es decir, honrarnos a nosotros mismos honrando a los nuestros.
Esta campaña de las calles cursa a nivel nacional con el acuerdo de socialistas y populares. Eso es magnífico y está muy bien. Pero hay algo que me mueve al escepticismo, no lo puedo evitar. Y no precisamente nada que tenga que ver con la alcaldesa de Pamplona, cuyo de sobra conocido historial la dibuja siempre comprometida junto a las víctimas del terrorismo. Así que huelgan más comentarios sobre Yolanda Barcina. Pero lo cierto es que la nación española se va desdibujando. Ya afirmó Zp que es concepto discutido -por los nacionalistas- y discutible -proclama él- a pesar de lo que diga la Constitución Española. Y el acercamiento a los nacionalistas vuelve a ser el error -interesado- de siempre desde la Transición, incluso la asunción de algunos de sus postulados dinamitadores de España como nación de ciudadanos libres e iguales. Es urgente una rectificación de las políticas respecto a los nacionalistas vascos, cuyo objetivo es la destrucción de España; incluso en términos tan ridículos y aldeanos como los de la apuesta futbolera de Urkullu en favor de Alemania en la final de la Eurocopa. Ese nacionalismo vasco que se constituye en el principal beneficiario político de los asesinatos de Eta, que lo son en pos del citado objetivo común de la familia sabiniana.
Urge esa rectificación de las relaciones con todos los nacionalismos, disolventes de la nación. Pero no nos engañemos, tal rectificación ni se atisba y sí todo lo contrario, vaya. De modo que en este caso ¿para qué valdrán las calles a nombre de las víctimas por toda España, más allá de lo sentimental o simbólico? Se lo diré: precisamente para ocultar a la víctima, su valor ciudadano, político. Ya tienen sus calles y a otra cosa, podrán esgrimir quienes pretenden la consideración de la víctima como mero damnificado de un accidente o un atraco. No olvidemos que fueron matados por motivos políticos totalitarios. Fueron asesinados contra nosotros, la nación española, único espacio de libertad. Sólo en Navarra, cuarenta de los nuestros. Mantengamos vivo nuestro espíritu ciudadano y procuremos no volver a enterrar a las víctimas tras otra placa; metálica esta vez.