Escapar

<b>Escapar</b>
El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

13 julio 2008

Qué... de país (II)

“Qué... de país”, titulé la entrada anterior. Bueno, el magnífico reportaje de hoy de Aníbal Malvar en el diario El Mundo, abunda en más muestras de maltrato del Estado de Derecho a las víctimas del terrorismo. Un desparrame indecente. Nos cuenta que De Juana Chaos, a su salida de la cárcel el próximo día dos de agosto, vivirá en un piso de la Avenida de Carlos I de San Sebastián, muy cerca de cinco familias víctimas del terrorismo. Incluso una de ellas vive justo encima de la vivienda del matarife.

¿Se acuerdan del jaleo que se montó cuando el etarra Cándido Azpiazu, asesino de Ramón Baglietto, instaló su cristalería bajo el piso de la viuda, la valerosa Pilar Elías? Algún jaleo, sí. Algún reportaje, sí. Y ya está. Sospecho que ahora ocurrirá tres cuartos de lo mismo. El camino de las víctimas de Eta está alfombrado de este tipo de canalladas. Canalladas cometidas sobre las familias de los asesinados y consentidas por el dichoso EdD. Mis hermanos y yo mismo sabemos qué supone encontrarte con el asesino de tu padre por la calle. Un tipo repugnante y chulo, sin ningún arrepentimiento y con un comportamiento desafiante e insultante frente a a los hijos de su víctima. Y desde 1996 que nos va ocurriendo esto para acá nadie ha puesto remedio. Fíjense, el siniestro fundador de HB y parlamentario por Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta, lo tiene acogido en su despacho profesional y nadie en el Parlamento Foral le afea la conducta. Está asumido y punto. De locos.
Pronostico que tras este nuevo escándalo seguirá sin pasar nada. En su día a ZP no le produjo rubor alguno anunciar que De Juana estaba a favor de su maldito proceso. Toda una lindeza presidencial hacia el matarife, que no hizo otra cosa que administrar un cierto aseo a su repugnante faz. Mientras, el equipo mediático habitual zapaterino nos daba hasta hinchar a los de la AVT; no queríamos su pazzz. ¿Con qué limpiará Zapatero esa canallada? ¿Le importa algo? Me hierve la sangre. Así que la viuda y la madre de Joxeba Pagaza tendrán que tragar o cambiarse de domicilio. Igual que María Teresa Embid, viuda de José María Herrera, que vive justo encima del que va a ser el nido de serpiente del asesino. Igual que el secuestrado por Eta Julio Iglesias Zamora. Igual que Isabel Bastida, viuda de Jaime Arrese. A veces pienso que España no se merece sus víctimas, porque las ha tratado de manera inenarrable; porque les inflige un dolor sin remedio. Y a pesar de todo, ellas han estado siempre muy por encima de su nación. Uno, en su negra pena, se pregunta si valió la pena.
Tranquilos, el ministro Bermejo confía en que “este hombre -por el animal- entienda lo que es la vida en sociedad”. Ni siquiera una declaración que muestre empatía o cariño hacia las víctimas afectadas. Es decir: dense por j... Gran novedad.