Escapar

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El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

29 octubre 2014

Un espejo incómodo - Diario de Navarra 29.10.14

Recientemente ha causado cierto revuelo la publicación de tres reportajes de la periodista Ángeles Escrivá donde relata sus entrevistas con una colección de etarras excarcelados. El primero, Zabarte, alias carnicero de Mondragón, habla con sarcástico orgullo de su vil trayectoria. Tras beneficiarse de la amnistía, hizo lo que otros terroristas amnistiados: volvió a la calle hasta completar diecisiete asesinatos. El último entrevistado, el echarriano Bautista Barandalla. Cuenta entre sus heroicidadescon el asesinato de Mari Cruz Yoldi por la explosión de una bomba que colocó en la pamplonesa calle Cortes de Navarra. Repartidora de Diario de Navarra, dejó viudo y seis hijos. Sin pizca de arrepentimiento, Barandalla fue excarcelado en 2009 antes de completar su condena por padecer una enfermedad grave; tan grave que no le impide correr con gran vigor y hacer una vida normal junto a su pareja, de acento jienense; detalle que, de no ser por lo trágico del asunto, mueve a risa: fanático seguidor de la doctrina racista de Sabino Arana ayuntado con una persona maketa, según acuñó el de Abando.

En la polémica entre detractores y partidarios de la publicación de los reportajes, lo que para los segundos era una deseable pedagogía que lamentablemente llega muy tarde, para los primeros suponía regalar un altavoz a los matarifes, afirmación inverosímil tratándose de un trabajo donde quien hace las preguntas es Ángeles Escrivá. Yo soy partidario: su lectura nos da una idea de la sicología, de la “dura banalidad” –qué acertada expresión en el reportaje– con la que estos etarras integran en sus deplorables vidas la condición de fanáticos asesinos; de la desvergonzada forma con la que se manifiestan ante la periodista, ante toda España, ante sus víctimas. ¿De qué mejor modo se hará el lector una idea cabal de la catadura de estos terroristas que mostrándole su hiriente malignidad? ¡Sepan que con esto se ha negociado!

Ofende a los críticos con estos reportajes la vista y la palabrería atroz de los entrevistados. Lógico. Pero reparemos además en que este asunto pone a mi querida y odiosa España frente a un espejo donde reconocerse en lo que ha permitido y permite: las víctimas del terrorismo –la nación española, todos nosotros– hemos cedido lo insufrible frente a la hidra ETA –con inclusión de su cabeza instalada en las instituciones– por culpa de la infame negociación entre el gobierno y la banda, que la blanqueó. La última novedad es que la lista de EH-Bildu al Parlamento Foral irá encabezada por el viejo conocido Adolfo Araiz, condenado por colaboración con la ETA y que se niega a condenar la dictadura del terror: 850 asesinados, decenas de miles de heridos, amenazados, acosados, etc. Y, qué quieren, igual habría que ofenderse todos los días por esto.

La victoria sobre la ETA que vende el PPSOE –apoyado en la anti España– condena a la víctimas, huérfanas de la Justicia política debida, cuando no de la penal: cientos de asesinatos por esclarecer; sin embargo, asesinos presos de permiso y excarcelados sin exigencia de colaboración con la ley; la banda del escaño viviendo de nuestros impuestos... Ojalá que –siquiera tarde– proliferen empeños como el de Ángeles Escrivá. Y es que a muchos les cuesta reconocer lo que la lectura atenta de algunas informaciones desmonta: la mentirosa corrección política impuesta por la inmensa mayoría de partidos e informaciones. Es cómodo no ver y arrojar el delator espejo cuando nos muestra la fealdad. Muchos seguimos en un insilio en el que repetimos con Primo Levi: “…nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento”.

Nota: el texto publicado en Diario de Navarra contenía un error irrelevante para el fondo del asunto. En lugar de Adolfo Araiz escribí Florencio Aóiz. Ambos son dos batasunos prefectamente intercambiables en la memoria de los 850 asesinatos del euskonazismo, ambos condenados por colaborar con la banda terrorista ETA.