¿Por qué los hicieron desaparecer tan rápidamente? |
He escuchado a una víctima del 11M decir que el asunto es caso cerrado, que ya se sabe lo que necesitamos saber. O algo así. Tal vez se sepa lo que ella quiso saber de inicio. Me ha parecido que, de alguna manera, con tal de tener bien establecido que el culpable fue Aznar, esa persona ya supo lo suficiente en aquellos terribles días. Punto. Y renuncia a que se investigue más, no sea que el odioso derechista salga mejor parado en una revisión que la Justicia (nótese la mayúscula) reclama a gritos. Y los muertos muertos están. Y el golpe a la democracia española a todo tren, precisamente.
¿Por qué se destruyeron tan rápidamente esos vagones de la foto? ¿En serio se puede decir tranquilamente que nadie responderá por ello? Quedan muchas preguntas clave que nuestros políticos y mucha ciudadanía, probablemente la mayoría, no quieren que se responda. No quieren saber. Pero muchos seguimos queriendo saber. Un país que no busca la mayor Justicia posible para sus víctimas es un país gravemente degradado, enfermo. A veces te me vuelves odiosa, mi querida España.
Conocer a personas como Gabriel Moris y Pilar Crespo, los padres de Juan Pablo, muerto en aquella matanza, le reconcilia a uno con la vida. Y sirven de consuelo en la adversidad. Esa búsqueda decidida de Justicia, sin rencor ni justicierismo, pero desde luego que alejada del relativismo, la banalización o el desánimo áspero... es sobrecogedora, felizmente contagiosa. Dios, su bondad, se revelan por medio de muchas personas. Como tanta gente buena, Gabriel y Pilar son instrumentos de su paz, de una paz que poco tiene que ver con la que se han empeñado en vendernos algunos durante estos años. Gabriel y Pilar tienen ese don de Dios. No tengo pruebas matemáticas ni las preciso: lo sé.
No olvidamos lo inolvidable.