Escapar

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El 27 de enero de 1979 tu sangre y la lluvia mojaron nuestra acera

14 enero 2010

Políticos en la siesta - Diario de Navarra 15.01.2010

El pasado día nueve los apologistas de la Eta pudieron desfogarse a sus anchas en Villava durante un festival de apoyo a los presos de esa mafia. Contaron con las bendiciones del ayuntamiento -NaBai, ¿lo dudaban?- que cedió terrenos, así como con el estruendoso silencio del resto de la clase política navarra. Hatortxu rock, se hace llamar la cosa. Es tan grave un acto que ensalce a esos criminales como el hecho de que, salvo alguna excepción en forma de leve protesta, la referida clase política y autoridades, se limiten a encogerse de hombros. Y es seguro que dispondrán de un catálogo de motivos, dudo que de razones, para su inacción. Al margen del uso de las posibilidades legales que les asistan o no para enfrentar este asunto, tienen la inexcusable obligación de hacer política con todas las letras y lanzar al espacio público su mensaje con decisión, trasmitir con toda convicción a la ciudadanía las ideas democráticas, que tienen que aparecer como nítida y, sobre todo, necesariamente enfrentadas a cualquier apoyo a terroristas y sus palmeros, además de a las actitudes de agradaores, cobardes y progres trasnochados sin cuyo concurso los etarras y su negro circo ya las habrían doblado. Debo decir con tristeza que, a mi juicio, nuestros políticos han faltado gravemente al no reaccionar con decisión ante estos hechos, pues su pecado de omisión grita a los cuatro vientos que bueno, tal vez no sea tan malo callar, o aquello de “dejadles, no habléis de ellos, que es lo que buscan” y otras evasivas de ese corte que se demostraron devastadoras de la ciudadanía democrática española durante décadas, pues que la inmovilizó. Mientras y pistola en mano, los de enfrente achicaban espacios a los demócratas y se ciscaban en nuestras víctimas. Así que ni un paso atrás debiera darse actualmente en este terreno. Hasta aquí mis razones. Esta no sé si dejadez, vano político o siesta navideña que aquí les reprocho a nuestros próceres, no precisa ya de más explicación.

Y una cereza tira de la otra. Si uno da una vuelta por ciertos pueblos navarros comprobará que aquella anunciada limpieza de los muros de la vergüenza proetarra sigue siendo eso, un anuncio que no termina de saltar de la prensa a la realidad. Ahí continúan pancartas, pintadas y demás vomitando de todo. Insultos póstumos a nuestros conciudadanos asesinados por ese hato de matarifes que con lujo de aparato fueron ensalzados en Villava por unos tipos sin escrúpulos. No digo que sea fácil, pero ahí es donde nuestras dirigencias tienen que dar su medida, que hartos años de infamia vamos soportando. En agosto del pasado año el presidente del Gobierno de Navarra anunció un acuerdo político y social para achicar espacios a los terroristas. Anuncio muy bien recibido, más a orillas de aquellos bochornosos sucesos del chupinazo de Berriozar, con la inefable actuación del alcalde amparando el agasajo a criminales por parte del partido de la Eta. Cuentan que este impulso de Miguel Sanz contaba de salida con la anuencia socialista. Los únicos que previsiblemente se auto excluirían del mismo serían los de siempre: separatistas e IU, off course. Bueno, pues hasta hoy nada se ha sabido de lo dicho. Descorazona comprobar que ese acuerdo está encallado. Y no seamos ingenuos, habrá motivos concretísimos para ello. No será, ¡ay!, un descuido. En el ámbito de tan deseable acuerdo, por ejemplo, podrían deslegitimarse con mayor eficacia actos de apoyo a los terroristas que, sólo en Navarra, han asesinado a cuarenta ciudadanos para conseguir lo que la razón y los votos les niegan. Conste mi queja ante quienes corresponda que, por lo no visto y no oído en estas semanas, están de siesta.