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04 julio 2009
Europa "zapaltzaile" - Diario de Navarra 19.07.09
De no ser que la cosa nos ha costado mucha sangre, mucha tristeza, mucho valor y mucho coraje cívico, el enfado del inefable Patxi Zabaleta ante la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, me produciría una sonrisa. Sí, una sonrisa casi de conmiseración hacia alguien que vive fuera de la realidad, como enajenado. Pero lamentablemente tal vez no sea el caso. Ni el suyo ni el de tantos de sus conmilitones en la fe de Sabino. Conque hay que tomar en alguna consideración lo dicho por este hombre. Este promotor de HB, poblador de sus bancadas durante décadas, declara "mala noticia para la democracia" la sentencia de Estrasburgo. Bueno, no es de extrañar que no comparta que legalmente se noquee de modo definitivo a los apéndices dizque políticos de la Eta, que ha matado personas por cientos, en su inmensísima mayoría en democracia, limitándola, cuando no impidiéndola. A fin de cuentas él fundó HB y algún cariño le debe quedar, digo yo, hacia esa putrefacta edificación totalitaria. No esperábamos otra cosa, salvo quienes hayan estado dormidos en medio del ensangrentado espacio público. Hace bien poco que, dejando al margen este asuntillo, esta nonada, algunos quisieron mandarlo a tomar por el saco del olvido temprano, con tal de conformar "un gobierno de progreso para Navarra" ¿recuerdan? De progreso, tú. Esta es otra ocasión que gentilmente les ofrece el nacionalismo para que se arrepientan, por si con lo llovido no les ha valido. En fin, mucha sangre había llovido también para 2007 y ya vieron ustedes. Pero uno quiere confiar en quien cae en cuenta de la banalidad o el error cometidos y así lo afirma. Cosa, salvando las distancias, claro está, a mi juicio impensable en Zabaleta, pues parece no sentir la tentación de arreglar el libro de las deudas de su conciencia, si la tuviera inquieta, que lo dudo. Sabido es que las conciencias pueden fabricarse según necesidad, siendo así tantas como los hijos de Eva. Libre es cada cual de acomodarlas a sus particulares reglas, pero en este caso no serán las de la convivencia ni las de la democracia que pretende hacernos creer que invoca. Para el nacionalismo, lo escamante y demoledor de esta sentencia no es tanto la irreversibilidad de la ilegalización de los txiringitos partidarios sustentados en angelitos como Otegi -"el gordo", en argot etarra- que al fin son sus competidores. Este asunto les desazona por el descoloque que significa lo que ellos entienden -y entienden bastante bien- como una legitimación a nivel europeo del odioso estado de la avasalladora España. Más aún, de la nación española, de la que no hay duda en Estrasburgo... ni en el planeta azul. Y hombre, no precisaba yo de un tribunal europeo que me diga que mi nación y el estado que la organiza y sostiene son legítimos, por supuesto. Pero a estos tipos les hace polvo el ya destartalado argumentario. Pero nada, ellos seguirán erre que erre, pedaleando, pues de lo contrario la bici se cae. Ahora, tras las acusaciones al Estado Español opresor, tendrán que corregir la dirección, o duplicarla si se quiere, de sus acusaciones a la opresora, por connivente con el españolazo, Unión Europea, de sospechosa bandera azul. ¡Zapaltzaile! (¡opresora!) Cuentan que allí no salen del pasmo tras quedar informados de algunas majaderías dichas, como la que asegura que la sentencia es una mala noticia para la democracia y para Euskal Herria. Democracia y Euskal Herria, términos que, en lo político, son prácticamente opuestos. Cientos de cadáveres, miles de víctimas y la ciudadanía amenazada lo demuestran.