Si la memoria no me falla, en pocos meses son dos las ocasiones en las que el ministro Rubalcaba miente por toda la boca -qué novedad- en relación al perdón que supuestamente habrían pedido presos etarras, incluso a las víctimas. Nada de eso consta ni a la sociedad en general ni a las víctimas. Nos toman por necios. Alguien supuestamente ha dicho en la intimidad de su celda que es disidente y que pide perdón a la nada, puesto que no le escucha ni el cuello de su camisa. Toda persona tiene derecho a rescatarse de sus errores y maldades, arrepentirse y buscar el perdón, algo que de alguna manera nos rescata a todos. Pero debe ser sincero y comprobable para evitar el engaño y el sarcasmo etarra: gestos concretos, públicos y creíbles. Que no existen. Lo demás son mandangas. Quien extorsiona y mata bien puede mentir, más en su celda ante unos funcionarios. Soares Gamboa demostró arrepentimiento colaborando con la justicia, declarando contra sus antiguos camaradas de pistola y bomba.
La cosa es que con cuatro tontadas de Rubalcaba -como la de que ya no son etarras- los supuestos y secretamente arrepentidos en base a esa presunción para consumo de ingenuos y malvados, son beneficiados con permisos y atenuaciones que los colocarán en la calle en cuatro días. Y nos enteramos de la misa la mitad. Éstos, junto a otros movimientos de presos, así como la infame excarcelación del ideólogo etarra Díaz Usabiaga -obra del sin par Garzón- de manera que sigue negociando y hablando con unos y otros, abundan en los contactos que no paran bajo la mesa entre ZP y la Eta. No se detiene a Ternera, De Juana se esfumó, el chivatazo del Faisán no se aclara, el permiso del Congreso para negociar no se deroga, las actas de la negociación no se publican, la AVT ha sido asolada, etc. Y el PP deja hacer con Trillo como guía, un desconocedor del asunto. Rajoy anunció en 2008 un pacto antiterrorista con Zapatero. ¿Por qué nos ocultan su contenido?
Conozco a ex-etarras verdaderamente arrepentidos, que lo han demostrado. Sin ir más lejos hace pocos días compartía horas de charla con uno de ellos. Les prometo que nada tienen que ver con la mercancía averiada que nos vende ZP, que apesta al apaño negociador que sigue en marcha. Una negociación sumergida que la corrección política no quiere ver, colaborando así en la gestación de vaya usted a saber qué. Hombre, en Loyola la última vez -como siempre- hablaron sobre Navarra. Oiga, y a meses de las próximas elecciones forales ¿hablarán también de Navarra ZP y el PNV, esa compañía necesaria para aprobar los presupuestos? Se nos amontonan.