El 27 de enero de 1979, Jesús Ulayar Liciaga, exalcalde de Echarri-Aranaz fue asesinado por ETA en presencia de su hijo. Su familia ha tenido que convivir con los asesinos desde que volvieron al pueblo en 1996, han sufrido pintadas a favor de los terroristas en las paredes de su casa y han visto como el Ayuntamiento de la localidad colocaba contenedores de basura en el mismo lugar donde Jesús Ulayar cayó muerto. Ahora, Salvador, su hijo, aquel chico de 13 años que presenció el crimen, ha publicado el libro Morir para contarlo. Tras una exitosa presentación en el centro navarro Civican, nos acompaña en Diario La Cámara para hablar de su obra y de cómo ve la situación actual.
"Mi madre me salvó de la inseguridad, la inestabilidad, el vértigo tras el asesinato de mi padre"
Salvador Ulayar
Autor de Morir para contarlo
Cuando se plantea finalmente que va trabajar en este proyecto, ¿con qué dificultades se encuentra?
Este libro nace sin saber que nace. Es decir, comenzó siendo un ejercicio terapéutico hace diez años, unas pocas páginas liberadoras. Luego, han sido páginas bien duras de elaborar. La autoterapia pide completarse con la reivindicación y, finalmente, con mi sentido de la vida. Son sus tres patas: testimonio, reivindicación Política (con mayúscula, de ciudadano) y la dimensión trascendente. Todo ello engloba también un tributo a la memoria de mi padre, así como de mi madre, que murió en 2007. Su figura ha crecido con los años, una mujer valiosísima que me salvó de la inseguridad, la inestabilidad, el vértigo tras el asesinato del padre. La mayor dificultad que he encontrado ha sido la profunda desgana -esa desazón de estómago- que me producía la sola idea de tener que sentarme a escribir, a rebuscar hasta llegar a zonas incluso lindantes con el olvido. Ello, unido a la indecisión sobre si pasaría de ser algo del tenor de un diario íntimo a ser un libro con todas las de la ley, han retrasado y aparcado muchos meses el nacimiento de Morir para contarlo. He sufrido para que viera la luz. Ahora estoy contento con el recibimiento inicial que se ha dispensado a "mi niño" y me siento liberado de la responsabilidad que me autoimpuse cuando además pensé que quería levantar acta de lo sucedido, del horror y este frustrante falso final de la banda.
En su presentación en Civican estuvo arropado por personas muy diversas, de diferentes posiciones políticas y profesionales. ¿Cree que este es un libro que puede interesar a un grupo de lectores muy amplio? ¿Para quién escribe el libro?
Salvadas las motivaciones expresadas antes, este libro es para cualquiera. Pero sobre todo para los "nuestros". ¿Y quiénes son esos "nuestros"? Pues aquellos que no aceptan esta claudicación del Estado de Derecho frente a la ETA, que hoy goza del mayor poder económico e institucional de su sangrienta historia. Esto es inaceptable y trágico. Y también los "nuestros" son quienes se han resignado. Como ya no se oyen tiros, la banda no existe, piensan muchos, mientras hablan de paz, la palabra más obscenamente manipulada en todo el proceso de negociación con la banda, cuya cola gestiona Mariano Rajoy. Ya teníamos paz, lo que nos robaron era la libertad.
"He sufrido para que este libro viera la luz"
¿Qué comentarios o personas le han llamado la atención en las presentaciones de su libro y a la hora de firmar ejemplares?
Me llamó la atención la presencia de algunas autoridades y representantes políticos. No se cursaron invitaciones, pero acudieron. Bueno, lo agradezco igual que agradecí la asistencia de todos los ciudadanos que abarrotaron el recinto. La hora de firmar ejemplares resultó una ducha de cariño y apoyo. Algunos muy emocionantes. Finalmente, la presencia de otras víctimas del terrorismo de Navarra, José Antonio Ortega Lara, María San Gil... fue muy grata para mí. Maite Pagaza quiso estar, pero finalmente se le torcieron los planes. Para mí -y para ella- estaba allí con nosotros.
Más allá de expresar su punto de vista y contar una historia en primera persona, ¿tiene el objetivo de cambiar políticas que hoy en día se están llevando a cabo tanto en Navarra como a nivel nacional?
Simplemente cuento mi historia y además digo lo que mucha gente también piensa. Cuando entré en la sala del Civican y a mitad de pasillo, antes de llegar al estrado, comienzo a recibir un aplauso abrumador, lo entiendo como una respuesta de esas personas a una trayectoria que han podido ir siguiendo en mis artículos en Diario de Navarra, entrevistas, intervenciones, mi etapa de delegado de la AVT... "Pienso como tú y bravo por no callarlo", venían a decir. Bueno, es lo que me decían muchos en la firma de libros. Este libro, mi actividad cívica, ¿puede cambiar algo? No me lo planteo siquiera. No siembro esperando un fruto, hago lo que quiero y debo hacer. Lo demás no es de mi responsabilidad. A ello añada que soy un escéptico con esperanza. No sé, áteme esa mosca por el rabo.
"No siembro esperando un fruto, hago lo que quiero y debo hacer"
¿Cree que la izquierda abertzale ha dado pasos en la buena dirección desde que se legalizaron sus partidos o que, por el contrario, sigue estancada en los mismos principios de siempre?
El entramado etarra va haciendo lo que más le conviene y no se le ocurre dar pasos en favor del bien común. Esa concepción de que son gente como usted o como yo con la que uno puede construir, es no haber aprendido nada. Aplauden su pasado y a los asesinos, se mofan de las víctimas... Nunca debieron ser legalizados a cambio de nada. ¿A cambio de no matarnos? ¡Por favor... una banda que desde antes de 2004 estaba operativamente derrotada y su entramado social aislado y desmotivado! Es que ya no nos acordamos. Deben colaborar con la justicia en el esclarecimiento de cientos de asesinatos, reconocer que nunca tuvieron razón que justificara matarnos y coaccionarnos a todos los españoles, renegar de su pasado y pedir perdón. Y una vez transcurridos años con el aire de la libertad (por su derrota completa) corriendo por pueblos y ciudades, deshaciendo el ahormamiento social que implantó la bota del terror a sangre y fuego, entonces, podríamos hablar de que se hizo bien, se dieron los pasos, llegó la Justicia. Pero no va a pasar, no hay vuelta atrás. Es terrible.
En su caso concreto, ¿los abertzales se mantienen en la misma situación en Echarri-Aranaz que cuando fue asesinado su padre?
Exactamente igual. La única diferencia es cosmética, gestual. En 2014 el asesinato está bastante más desacreditado que en años anteriores. Pero todo es pura estrategia, balance de costo y beneficio.
"El entramado etarra va haciendo lo que más le conviene y no se le ocurre dar pasos en favor del bien común"
Ahora que ya ha pasado un tiempo desde que ETA anunció su alto el fuego, ¿se fía algo más de este anuncio?
No es cuestión de fiarse de ese anuncio, sino de tomar en cuenta todo el cuadro que acabo de pintar. Una banda derrotada que en lo operativo no supone un problema serio para el Estado, como en su momento lo fue, ya no está para amenazar. Los de las pistolas son cuatro y alguno puede "grapizarse", pero lo gordo de la serpiente está en las instituciones, cobrando de mis impuestos. La suma corrupción.
¿Considera que ha sido efectiva la política antiterrorista y las acciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad contra ETA?
De 2004 hasta hoy, evidentemente, no. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado han trabajado, como siempre, abnegadamente y sin ellos muchos más estaríamos en el cementerio; pero la dirección política ha sido nefasta a más no poder.
A nivel de calle, ¿opina que continúa el rechazo a los que piensan de forma diferente a la línea abertzale?
En muchísimas zonas de Navarra y el País Vasco, claro. Ya no hay pistolas, pero el trabajo de ahormamiento social ya está hecho, el miedo cerval profundamente inoculado. Y legitimado por un proceso. ¿Y nuestra la libertad robada a tiros y miedo, dónde está? Esa batalla, pudiendo ganarla, ZP y Rajoy más adelante, decidieron perderla. Con cargo a nuestro muertos, la nación.
"¿Y nuestra la libertad robada a tiros y miedo, dónde está?"
Por último, una de las preguntas obligadas de una entrevista como ésta. Desde su experiencia personal, ¿qué se debe hacer no solo para acabar con ETA sino también con los ataques de grupos abertzales a ciudadanos de otros partidos políticos y/o ideologías en muchos pueblos y ciudades del País Vasco y Navarra?
Lo contrario a lo que se se ha venido haciendo desde 2004 con este resultado de un final falso. Los de la hidra etarra estaban bien ilegalizados y sin esperanzas, como en 2004. Con haber mantenido aquella línea, hoy percibiríamos mucha más libertad. Así, las opciones políticas separatistas competirían en pie de igualdad con los demás y veríamos su auténtica realidad. ¡Bah! Pero esto es como llorar por la leche derramada. Como tantos se han ocupado en hablan bobaliconamente, o con maldad, de paz y paz y más paz... ¡Era la libertad, necios! Y en el País Vasco y en buena parte de Navarra han enterrado la libertad. Bien hondo, donde la sangre de 850 víctimas que han rentado a la banda que las mató, de pistola y de escaño.